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1/24/2011

La música de nuestra despedida

VI

- ¿Te has visto al espejo últimamente? – lo miraba fijamente esperando que le dijera cosas bonitas, como un te amo, un te extraño, un te quiero.

- La verdad es que no. Ya no necesito mirarme la cara por la mañanas para saber quien soy, ¿tú sí?

- Te pareces al vocalista de los Echo and The Bunnymen, con ese pelo y esa cara tan pálida- se levantó de la cama y caminó hacia la cocina a preparar café. Él miraba como sus piernas se movían con cierto ritmo, dejando que sus senos jugasen libres a la gravedad.

- Puede ser, la verdad es que no he salido mucho del departamento. Me he dedicado ha hacer bocetos, jugar sudoku, espiar a mis vecinas teenagers, y fumar mota. También ordene mi colección de discos por estilo, nombre, año, y sello – mientras tomaba entre sus manos el Loveless de My bloody Valentine, levantaba la aguja y dejaba que siguiera el ritmo circular de la tornamesa.

- Siempre me he imaginado que una vagina es así por dentro – lo dijo mirando fijamente el arte del disco – No creo que exista un disco más hermoso que este, lastima que se llame loveless.

- ¿Sabes porque se llama así?- tomó la cajetilla de cigarros, que estaba cerca del cenicero con forma de estrella, alzó un cilindro y lo encendió lentamente – Kevin Schields, el tipo que la llevaba en la banda, tenía una relación con la vocalista, Billinda Butcher. Era una de esas relaciones bipolares, en que se mezclaba música, heroína y locura. El asunto es que cuando empezaron a componer el disco, Schields empezó a pelar cables, se torno un Brian Wilson cualquiera, deseando crear el disco más noise de todos los tiempos. Cuento corto, los My Bloody se gastaron todos los recursos del sello Creation, el disco demoró como dos años en ser terminado, y la banda quedó tan agotada que se separaron. Kevin y Billinda terminaron, todo se fue a la mierda. Al final la obra de sus vidas, aquel disco perfecto, causó que ellos quedasen sin amor, de ahí Loveless- y desde el fondo de la habitación “To here Knows When” iluminaba todo el lugar.

- Tan malditos ellos, por eso su nombre también My Bloody Valentine.

- Cuentan que las grabaciones de Loveless eran interminables. El tipo estaba empecinado en llevar el ruido más allá de los limites. Las guitarras eran grabadas en distintas afinaciones, una y otra vez. El resultado son canciones ensoñadores, corrosivas, románticas y desoladoras.

- Mi favorita es Sometimes, nunca me canso de escucharla – Esperó a que “When You Slepp” terminara, bailando desnuda sobre el sillón, dejando que la luz de la mañana bañase su delicada figura envuelta en sus largos cabellos rubios. Una vez escuchado el último feedback de la canción, levanto la aguja , dio vuelta el disco e inyecto en los parlantes “Sometimes”, se alzo con un suave giro y caminó hacia Alberto que la miraba cercano a la ventana que daba vista al Parque Forestal.

-Close my eyes, felling high… - lo dijo mientras sus muslos se posaban sobres sus piernas. El close up se cerraba en un extenso beso.

Una mañana sin nombre, dos personas envueltas en la distorsión romántica de miles guitarras que al unísono cantan al desamor, hacen el amor pensando en que el fin del mundo es cada vez que te levantas y te miras al espejo preguntando ¿ Qué se será de mí cuando tu ya no estés cerca? Todo el tiempo del mundo, se hace segundos cuando estas en el momento indicado. El eterno feedback de los cuerpos, la sencilla saturación del deseo, no hay nada más eterno que no sentir amor.