Hierro 3
Kim Ki-Duk
Una casa vacía es como un pagina en blanco, o tal vez como un silencio en una canción. Un lugar en el cual no existe interrupciones, y en donde nos podemos comportar como realmente somos.
Así vive Tae-suk, protagonista del film del coreano Kim Ki-Duk.
Tae es un tipo que habita casas vacías, las recorre, las habita como uno más, buscando ser parte de aquel espacio. Así su vida resulta ser pasiva, y contemplativa, en donde las cosas simples son lo escencial. Entra, come algo, se ducha, arregla las averías del lugar, mira tv y se saca fotos en diversos sitios de su hogar momentaneo.
Esta dinámica se quiebra cuando en una de sus andanzas se encuentra con Sunhwa, una ex modelo que sufre de la violencia de una marido celoso.
Desde ese momento, el film se transforma en una extraña historia de amor, en donde las palabras no son necesarias. Una clase magistral de filosofía oriental. Poesía pura.
Así vive Tae-suk, protagonista del film del coreano Kim Ki-Duk.
Tae es un tipo que habita casas vacías, las recorre, las habita como uno más, buscando ser parte de aquel espacio. Así su vida resulta ser pasiva, y contemplativa, en donde las cosas simples son lo escencial. Entra, come algo, se ducha, arregla las averías del lugar, mira tv y se saca fotos en diversos sitios de su hogar momentaneo.
Esta dinámica se quiebra cuando en una de sus andanzas se encuentra con Sunhwa, una ex modelo que sufre de la violencia de una marido celoso.
Desde ese momento, el film se transforma en una extraña historia de amor, en donde las palabras no son necesarias. Una clase magistral de filosofía oriental. Poesía pura.
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